El futuro no espera a nadie y gracias a los avances tecnológicos, se acerca cada vez más rápido.
En esta ocasión queremos contarte sobre lo que los integrantes del estudio Saga Space Architects han estado trabajando con D-MARS en el desierto Negev en Israel.
Se trata de un módulo de hábitat que está siendo probado para soportar tanto el descenso al planeta rojo como la presión atmosférica. A estos puntos estructurales se suma la importancia de la calidad de vida de los astronautas que vivirán en estos módulos.
La estructura fue diseñada para que sea ligera debido a que cuanto más ligera sea, se requiere menos cantidad de combustible durante el trayecto a Marte. La estructura es lo suficientemente flexible para extenderse y contraerse y lo suficientemente fuerte para no ceder ante la presión atmosférica.
Es importante que la membrana que separa a los habitantes del exterior sea fina debido a que se necesita que la luz la atraviese para que llegue al reactor biológico en el interior de la estructura. Este reactor es necesario para la generación de electricidad y de oxígeno autosustentable. Las algas necesitan la luz para hacer la fotosíntesis y proveer de oxígeno a los habitantes del módulo.
Sin dudas la experiencia real de vivir (temporalmente) en Marte no puede compararse con ningún experimento realizado en la tierra, pero el mismo permite a los futuros integrantes de misiones espaciales de entender las dificultades y a los especialistas tecnológicos en probar protocolos y prototipos de nuevas tecnologías.