Desde que existen las ciudades, ha surgido una pregunta fundamental para su futuro: “¿Qué hace que las áreas urbanas sean deseables?” Más de la mitad de los habitantes del mundo viven en ciudades y se prevé que ese número aumente durante la próxima década, con más de 5 mil millones de personas viviendo en núcleos urbanos a nivel mundial. Para prepararse para esta demanda, las ciudades están encontrando formas de ser más deseables y de atraer talento tanto a las grandes como a las pequeñas empresas, al tiempo que encuentran más formas de crear oportunidades de vida equitativas para todos.
Las ciudades también se enfrentan a un nuevo problema: la migración de habitantes que se dirigen a los suburbios en masa desde el inicio de la pandemia de COVID-19. Con el reconocimiento de que nuestro mundo altamente interconectado y tecnológicamente avanzado permite que muchos de nosotros hagamos nuestro trabajo desde cualquier lugar, la gente está reconsiderando la vida en la ciudad y se está alejando de su calidad de vida compacta que tiene un alto precio. Más recientemente, las principales empresas de la industria tecnológica han anunciado que trasladarán algunas de sus operaciones con sede en EE. UU. fuera de Silicon Valley –que es extremadamente caro– en favor de la prometedora Austin, Texas. La industria de servicios financieros ha seguido su ejemplo, afirmando que algunos de sus trabajos se van a trasladar de la ciudad de Nueva York a Miami, Florida. Tanto Miami como Austin tienen dos importantes factores de política en común: ninguno tiene impuestos sobre la renta. Esto plantea aún más la pregunta de qué cualidades de los centros urbanos en auge hacen que algunos sean más deseables y otros menos, tanto en términos de política pública como de capacidad para implementar diseños que planifiquen el crecimiento urbano y, al mismo tiempo, mantengan un sentido de identidad propia.
Para muchos, una forma de vida urbana tiene sus serios inconvenientes, y para que la vida en la ciudad sea más atractiva y asequible, es necesario que exista un espacio común en donde los diseñadores y los responsables políticos puedan dialogar. Para comprender qué hace que una ciudad sea exitosa, su desempeño debe medirse de una manera que refleje sus aspectos culturales y de diseño únicos, las condiciones sociales y las oportunidades económicas.Tomemos, por ejemplo, Austin, Texas. Como se mencionó anteriormente, es una ciudad que se está volviendo cada vez más popular y está experimentando un crecimiento exponencial de su población en los últimos años. Pero, ¿qué hace que la ciudad sea tan deseable para las personas? En 2019, Forbes se sumergió en todos los aspectos de la ciudad y se preguntó si era el mejor lugar para vivir en Estados Unidos. Lo que descubrieron es que hay algunas cosas que Austin hace bien. En primer lugar, fomenta el crecimiento empresarial y se ha denominado a sí mismo un semillero de nuevas empresas tecnológicas e incubadoras. Es donde muchas grandes empresas, incluidas Apple, Google, Facebook y Oracle han abierto oficinas centrales, sin ser una amenaza para las empresas más pequeñas que reciben casi mil millones de dólares anuales para inversiones de capital de riesgo.
En términos de aspectos de diseño, Austin se enorgullece de su sabor local y promueve las pequeñas empresas a través de su lema “Keep Austin Weird”. La ciudad se basa en su peculiaridad y su comunidad de músicos y artistas que desarrollaron su cultura identificable de forma única y, hasta ahora, ha tenido éxito en mantener esa esencia en el núcleo de las ciudades. El desarrollo inmobiliario también está en aumento, BizJournals ha anunciado docenas de nuevos rascacielos en obras a la par de remodelaciones en vecindarios existentes para aumentar la densidad de viviendas y así los precios puedan permanecer bajos. La ciudad también utiliza con éxito el río Colorado que la atraviesa como fuente de entretenimiento, con parques y paisajes muy bien cuidados que la rodean de una manera amigable para los peatones. Los formuladores de políticas de la ciudad también han creado pautas urbanas para Austin que describen su visión para el futuro con sus objetivos centrados en el bienestar, la seguridad, las oportunidades económicas y la promoción del compromiso cívico a través de actividades en la calle, edificios bien diseñados, centros culturales, festivales e instalaciones de arte público. Todos estos factores son los que hacen de Austin una ciudad tan deseable y son el motivo de que se espere que su población aumente a 4 millones de habitantes para el 2040.
La deseabilidad urbana no ocurre de forma orgánica. De hecho, es un conjunto de pautas cuidadosamente bien planificadas y reflexivas que primero atraen a las personas convirtiéndose en un destino cultural y luego atraen a las corporaciones a través de incentivos fiscales para iniciar negocios allí, con talentos y personas que pueden ayudar a contribuir a hacer de una ciudad una gran ciudad. Si bien Austin es solo un ejemplo de una ciudad que está aumentando por su atractivo, muchas otras en todo el mundo están utilizando las mismas estrategias.