La fundación Unoentrecienmil impulsa un proyecto arquitectónico innovador que busca proporcionar a los niños afectados por el cáncer infantil la oportunidad de participar en actividades físicas como parte integral de su terapia.
La Aceleradora, el primer pabellón industrializado construido en el Hospital La Paz de Madrid. Es un paso significativo hacia la creación de entornos terapéuticos en diversos hospitales españoles.
La premisa fundamental de esta iniciativa es que todos los chicos con cáncer infantil tienen el derecho de integrar el ejercicio como una terapia no farmacológica, influyendo positivamente en su recuperación y calidad de vida. La fundación Unoentrecienmil materializó esta visión a través de La Aceleradora, un gimnasio diseñado específicamente para los pequeños que enfrentan esta experiencia desafiante. El hospital de La Paz, en Madrid, es el primer beneficiario de este espacio dedicado.
¿Quién desarrolló este proyecto?
El estudio Murado & Elvira lideró el diseño y desarrollo de este proyecto, creando un ambiente optimista y estimulante mediante un sistema arquitectónico modular y sostenible. Este diseño único se adapta a diversas ubicaciones y necesidades hospitalarias, proporcionando un espacio amplio y lleno de luz natural que busca alejar a los pequeños de la sensación de estar en un entorno hospitalario.
Sobre la Aceleradora:
La Aceleradora no solo se destaca por su diseño, sino también por incorporar la tecnología más avanzada para la curación física y emocional. Dividido en tres áreas principales: Zona de Activación, Zona de Ejercicio y El Laboratorio de Investigación: este pabellón representa un paso importante hacia entornos que no solo promueven la actividad física, sino que también fomentan la investigación y la curación integral.
La creación de espacios que abrazan la diversidad y consideran las necesidades de todos es esencial para construir una sociedad más equitativa y accesible. La arquitectura inclusiva no solo se trata de superar barreras físicas, sino de erigir entornos que fomenten la participación plena y activa de todas las personas, independientemente de sus habilidades o condiciones.
Al adoptar este enfoque, no solo se transforma la apariencia de los espacios, sino que se remodela la experiencia humana, promoviendo un sentido genuino de pertenencia e igualdad. La arquitectura inclusiva no solo edifica estructuras físicas, sino también puentes hacia una sociedad más comprensiva y solidaria.