Los materiales tradicionales contienen una energía altamente incorporada y dependen en gran medida de recursos naturales limitados. Esto ha hecho que sea tan importante el innovador material fabricado en base a bacterias, globalmente abundantes, y que pueden ser extraídas de desechos.
La fabricación de concreto utiliza piedra caliza convertida en cemento Portland a través de procesos de alto calor.
Tanto la fabricación de concreto como de arcilla incluyen procesos de alto consumo de energía para la extracción de materias primas, transporte y fuentes de combustible para hornos de calefacción.
Sin embargo, BIOMASON, ha irrumpido en el mundo de los materiales. Es una compañía dirigida por la arquitecta Ginger Dosier, que se dedica a “cultivar” ladrillos biológicos hechos de bacterias.
La importancia de esta iniciativa le valió a Dosier un premio estímulo de 500,000 euros en el Green Challenge 2013 para poner en práctica esta iniciativa.
El proceso de crecimiento de los tabiques es similar al de la hidroponía, por lo que las unidades mezcladas con el microorganismo se alimentan con una solución acuosa para endurecer los ladrillos según las especificaciones.
La técnica implementada por BIOMASON simplemente elimina la necesidad de cocción al reemplazar el proceso de curado/endurecimiento con la formación de cemento estructural controlado biológicamente a temperatura ambiente.
Un tabique endurecido requiere menos de 5 días para formarse y es comparable en coste y rendimiento a la mampostería tradicional.
(Esta es una nota de la plataforma noticias.arq.com.mx).