Según el diccionario, equidad significa “disposición a reconocer por igual el derecho de cada uno”, enfatizando la importancia de tener en cuenta las diferencias de los individuos. En este sentido, la equidad representa un sentido de justicia que determina cómo actuar hacia cada persona, reconociendo sus características y necesidades específicas. Utilizando una analogía médica, la equidad significa comprender que todos necesitan atención, pero no necesariamente la misma atención. Es de destacar que este término se confunde a menudo con la palabra igualdad, sin embargo, se diferencia de ella precisamente porque la igualdad se basa en el principio de universalidad, ante el cual todos los individuos deben regirse por las mismas reglas, sin posibilidad de adaptación.
En el ámbito del diseño y la arquitectura, la equidad se puede abordar en diferentes instancias, tanto las directamente relacionadas con el panorama profesional, que no son exclusivas de este campo, como la equidad de género y el rol de la mujer en la profesión, o la equidad racial. Así, la arquitectura, el urbanismo y el diseño se ven como herramientas importantes para materializar el principio de equidad en los espacios que habitamos.En proyectos arquitectónicos, como en el propio diseño (de producto, mobiliario, etc.), la equidad significa ofrecer igualdad de condiciones de apropiación a usuarios de distintas características. Además de los proyectos que abordan el tema de la accesibilidad universal, es posible percibir equidad en pequeños detalles, como vanos de diferentes alturas en las ventanas de un jardín de niños, permitiendo el contacto externo de todos los usuarios del espacio, independientemente de la altura, o como en la guardería CO, en Japón, donde se aplicó el mismo principio al dibujar pizarrones en diferentes dimensiones. Por simple que parezca la estrategia, muestra una arquitectura pensada para las diferencias, que se moldea incorporando las peculiaridades de los individuos, generando igualdad de oportunidades de apropiación.
En cuanto a los proyectos urbanísticos, la equidad se aplica con el mismo objetivo de promover la igualdad de oportunidades en la ocupación de la ciudad. Como ejemplo, es posible citar el tema de la movilidad urbana, ya que, como es bien sabido, la falta o inadecuación del transporte puede restringir las opciones de desprendimiento y, en consecuencia, las oportunidades de los ciudadanos para participar o realizar determinadas actividades. Un ejemplo práctico de una estrategia de movilidad urbana equitativa es el Metrocable de Medellín, Colombia, un sistema de teleférico de bajo costo que ha permitido que la población de la periferia geográficamente accidentada se integre con el resto de la ciudad.
A la vista de estos ejemplos, la noción de equidad en el diseño, la arquitectura y el urbanismo, así como en otras aplicaciones, se relaciona por tanto con ofrecer a los usuarios lo que necesitan para que todos tengan acceso a las mismas oportunidades con estrategias proporcionales y adecuadas a cada circunstancia particular.